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Tumores de tejidos blandos:
Los tumores de tejidos blandos son muy frecuentes. Los podemos clasificar como malignos y benignos. Los tumores benignos son aquellos que crecen localmente pero no poseen la facilidad de desplazarse a otras partes del cuerpo. Por el contrario los tumores malignos tienen la particularidad de que sus células pueden migrar a otras partes del cuerpo, crecer y poner en riego la vida del paciente.
Los tumores malignos se les llama sarcomas y se clasifican de acuerdo al tipo de tejidos del cual se originan: músculo, nervio, hueso etc. Se calcula que en Estados Unidos se presentan alrededor de 8000 nuevos sarcomas por año. Afortunadamente los tumores benignos son mucho mas frecuentes que los tumores malignos calculan que por cada 100 tumores benignos uno es maligno.
El gran problema que enfrentamos es que ambos tumores se presentan de manera insidiosa con características inespecíficas, lo que hace difícil diferenciar ambos tumores tan solamente con un examen físico.
Por esta razón es muy importante que si usted nota la presencia de una masa anormal en su cuerpo, sea valorado por un especialista en el manejo de este tipo de patologías. El mal manejo de un tumor maligno le puede causar complicaciones irreparables o incluso la muerte.
Los tumores deben ser manejados de manera interdisciplinaria. Se requiere de la intervención del cirujano, medico oncólogo, radiólogo, patólogo, medico radioterapeuta, psicólogo, psiquiatra.

Tumores de hueso:
Las células dentro del hueso pueden comenzar a dividirse de manera incontrolable produciéndose un tumor en el hueso. La cause de este descontrol el la división celular es desconocida. Este crecimiento puede causar debilidad en el hueso causando una fractura. Si el tumor es muy agresivo podría desplazarse a otras partes del cuerpo causando la muerte. Por lo tanto la detección temprana y el buen manejo cambian dramáticamente el curso de la enfermedad.